sábado, 27 de marzo de 2010

Vísperas de la gloria

Las vísperas son tan hermosas como el propio día tan esperado. Estamos a pocas horas de la explosión más auténtica de los sentimientos de una ciudad. Sevilla se iguala en la calle. Los cortejos son el reflejo de muchos anhelos e inquietudes. Hasta la Campana llegarán todas, las más antiguas y las más jóvenes; las más selectas y las más populares. El programa deja un sitio a todas. Y Sevilla se desnuda para ofrecer su otra cara, oculta muchas veces, atenazada por la dura realidad del día a día, que no deja ver esa otra ciudad que sueña en sus hermandades. La Semana Santa es un escaparate variopinto. Que nadie olvide que muchas de ellas no sólo están fundadas para el culto de sus titulares, sino que además lo practican todo el año. Alguien debería poner en el programa oficial de las cofradías los hechos de cada una, lo que hacen por los demás, la forma de ayudar al prójimo necesitado. Sería un programa distinto y esclarecedor. Veamos, pues, la Semana Mayor sevillana desde ese doble prisma. De un lado, la expresión más real del carácter sevillano. De otra, la manifestación de la fe de la ciudad, de sus compromisos con los demás y de sus hechos en pro de amar a todos por encima de todo. Sevillano, esto va a comenzar. Goza y piensa. Sevillano, esa capilla de la Estrella de la fotografía será mañana lugar de encuentro. La Estrella, por cierto, está todo el año en esa capilla. A veces muy sola. Sevillano, ha llegado el día. Pero no olvides, que todos son días para Dios y tu prójimo.

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