viernes, 12 de marzo de 2010

Unas setas en la Encarnación

Ha dejado de llover y la ciudad se ha lanzado a la calle. El paseante tiene ilusión. Sevilla es una de las ciudadades más bellas, por lo menos así se la considera. Sin embargo, algo pasa que no gusta al observador. En la plaza de la Encarnación, enfrente de la Iglesia de la Anunciación, cerca del centro de la urbe, se alzan unos extraños objetos de difícil identificación. Sevilla puede con todo. Dicen que son setas; habrá que verlo. Están a medio terminar. La vista sufre. Es preciso huir de este conglomerado que hiere los sentimientos.

El paseante seguirá su camino para sentir la ciudad y cantar sus casos y sus cosas, lo bello y lo feo, lo agradable y lo detestable. Día a día, las cosas y los casos de Sevilla en este nuevo espacio de comunicación. Sólo se pretende que Sevilla siga siendo lo que siempre fue. Y que se la conozca.

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