domingo, 14 de marzo de 2010

El pregón de Antonio García Barbeito


Soy un cofrade antiguo que cree que conoce el mundo de las hermandades de Sevilla. Y lo conozco tanto que estoy preocupado ante el pregón de Antonio García Barbeito del próximo domingo. Lo primero que sucede es que el pregonero, por el solo hecho de ser nombrado, despierta amplios recelos y envidias en esta ciudad. Ocurre siempre, y más cuando el designado es popular, como pasa con Antonio. Pero hay algo más. Antonio no es un hombre de cofradías, no medra en las sacristías ni comparte la política de los capillitas, algo que es fundamental para muchos sevillanos. Antonio no pertenece a ninguna cofradía sevillana. Ese detalle no ha gustado. El colmo ha sido el del hermano mayor de los Javieres, que se ha columpiado de forma penosa.


Antonio es un hombre pegado a la tierra, que rinde culto a sus semejantes, con especial dedicación a los humildes, a los que son más sencillos. Su religión no es un equipo de fútbol como se ha publicado. Eso del Sevilla es simplemente uno de sus defectos; el Sevilla no es su religión. Sus oraciones tienen como referencia al hombre que vive sin alardes, más que nada al campesino, al que vive de la tierra, sobre todo del Aljarafe que tanto ama y que estuvo siempre entre sus vivencias más queridas. Antonio es un analista de sentimientos. Y así será su pregón. Diseccionará los sentimientos de Sevilla ante sus hermandades. Como sabe bien cómo se estremece la ciudad, tiene facilidad para componer y su voz es profunda y andaluza, el pregón será inmenso, con toda seguridad.

Pero a Antonio le están esperando. Con toda seguridad recibirá críticas, menores ante lo que será su discurso, los depredadores están al acecho para esa tarea tan común en Sevilla de desacreditar a todo el mundo, fundamentalmente a los que tienen talento. Las entrevistas no le han favorecido, sobre todo una aparecida en El Correo. Espero que no le pasen una factura muy grande. Su inteligencia, el mensaje que dejará con sus palabras y sus reflexiones van a sorprender. El pregón será distinto a lo que muchos esperan. Puede que haya otro Antonio García Barbeito después del domingo próximo. Confío que Sevilla podrá, por fin, conocer a este poeta del pueblo y de la tierra. En lo que me concierne, vendrán a mi mente recuerdos muy hermosos del pasado, cuando mi afán juvenil intentaba que el de Aznalcázar conociera la interioridad de la Semana Santa. Un gramo de este pregón me pertenece muy por dentro.

2 comentarios:

  1. Es como si en la cruz que voluntaria y gozosamente ha abrazado, a Antonio se le hubiera subido una docena de enanos con mala lengua y peor leche.

    Si todo el que descuella por méritos propios ya se busca una legión de enemigos entre los ruines, los envidiosos, los ambiciosos y los despechados, a él no le perdonan que venga de la nada.

    No nació sevillano rancio en el selecto club cerrado de la ciudad, no se ha codeado ni en Pineda ni en el Labradores con los que aún se consideran dueños de una cierta Sevilla, pero sobre todo no se ha arrastrado reptilianamente por casas de hermandad ni tertulias de pescao frito y torrijas venenosas.

    Y eso no se lo perdonan. Porque odian la sencillez, el mérito y su toreo de frente, están deseando engancharle la femoral a ver si consiguen que no salga de esta.

    Todo el triunfo para tí, Antonio. Todo el agradecimiento para Carlos.

    ResponderEliminar
  2. D. Carlos, esta mañana me faltó el tiempo para agradecerle tan bella entrada en su blog, yo me la "he llevado prestada" al grupo de Facebook de Seguidores de Antonio García Barbeito, he puesto el enlace, espero que no le moleste y vuelvo a darle las gracias porque nadie mejor que un amigo para defenderlo, aunque los que lo admiramos también estamos algo perplejos por la falta de educación, certeza y valor que tienen algunos.

    ResponderEliminar