martes, 30 de marzo de 2010

En Huelva ya no llueve

La Semana Santa tiene de todo. No le faltan los momentos solemnes, como tampoco los absurdos. Es una obra humana, al fin y al cabo. Los tópicos se repiten siempre. Cuando aparece la lluvia, como si no hubiera llovido nunca, los cofrades sacan los latiguillos repetidos sin pensárselo dos veces. Y así se oyen las cosas que se oyen. Será que el corazón manda mucho, será que no hay más cera que la arde, sea lo que sea, pero los sentimientos cofrades nublan la razón.

Lo primero que pasa es que el cofrade siempre suaviza los partes meteorológicos. Por sistema, las previsiones siempre se miran desde el lado que conviene, es decir, se intenta agarrarse a que hay un 20 por ciento de posibilidades de que no habrá lluvia, y se minimiza que hay un 80 de que caigan chuzos. Sólo así se puede entender que las Juntas de Gobierno del Polígono y Santa Genoveva se lanzaran a la calle cuando todo el mundo sabía desde hace mucho tiempo que el Lunes Santo habría lluvias. Como si sus trayectos fueran un pequeño paseo hasta la Campana, allá se fueron alegres confiadas sin importarles ni Sevilla ni el Guadalquivir.

Decía uno de los Hermanos Mayores que sabían que había posibilidades de lluvia, pero no tanta.... Decía un informador, afiliado al bando de los tristes cofrades que habían sufrido el desastre, que el patrimonio era importante, pero mucho más lo era la ilusión y el trabajo de todo un año para que un chaparrón lo echara todo por tierra. Aunque hablando de tópicos, la frase de la tarde, también mil veces repetida, la dijo un hermano de San Gonzalo en la espera incierta de la decisión de la Junta de Oficiales: “Por Huelva ya no llueve”. Esta vez la razón se impuso y la Hermandad del barrio del Tardón no salió, aunque por Huelva ya no llovía.

El patrimonio importa mucho. Es una obligación sagrada de todos los hermanos, y mucho más de sus dirigentes, proteger las imágenes y los enseres. Es muy comprensible el llanto, la rabia y la desolación cuando una hermandad vive los momentos que vivió ayer la del Polígono de San Pablo camino de la Iglesia del Salvador, pero todo se podía haber evitado porque el lunes había lluvia y los partes aciertan muchas veces. Está claro que se impone que el Consejo de Cofradías, con su independencia y la cabeza fría, dictamine si una Hermandad puede sacar los pasos a la calle. Porque los cofrades sólo se agarran a que “En Huelva ya no llueve”. Y así pasa lo que pasa.

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