martes, 15 de abril de 2025

Un Lunes Santo roto

No me hubiera gustado estar en el pellejo de los miembros de la junta de gobierno de la Hermandad de las Aguas, que ayer tuvieron que afrontar una situación muy delicada. El colmo del esperpento llegó a su culminación con el paso de Cristo volviéndose en la calle Castelar y el palio saliendo a la calle Dos de Mayo. No cabe mayor ridículo. Sin embargo, solo desde el agobio y la enorme carga de responsabilidad de una situación tan compleja se puede explicar que se llegara a producir esa imagen tan desafortunada. La tarde ya había comenzado a llorar, pero los pronósticos eran terminantes: de ocho a diez de la noche habría más un 80 por ciento de posibilidad de lluvia, como luego así ocurrió.

Antes, el caminante había podido disfrutar de algunas maravillas, como el disciplinado cortejo de San Pablo; la realidad incuestionable de una cofradía esplendorosa como la Redención, que sacó a la Virgen del Rocío con una diadema. Cuando el agua se hizo presente, le colocaron un plástico a la imagen del paso de misterio y otro para cubrir el manto de la señora.

Cuando salió de la Plaza de San Francisco la de Santa Genoveva, estaba muy claro que quedaban minutos para que comenzara la lluvia. El Cautivo por la carrera oficial camina sin su cortejo de mujeres en penitencia, algo que le quita un punto de su idiosincrasia a la cofradía. La hermandad del Tiro de Línea se alojó en la Universidad. La del Polígono, en los Gitanos, mientras que San Gonzalo se quedó en la Catedral. La jornada estaba partida y sentenciada.

A primeras horas de la tarde, San Marta avisó que se quedaba en San Andrés. También la Vera Cruz, Las Penas y El Museo tomaron la decisión acertada. Solo quedó el sainete de Las Aguas, que no merece que haya ensañamiento con su junta, pero lo que ya es inevitable es que haya quedado señalada por su imprudencia. Cómo sería la cosa que la Hermandad le pidió perdón a sus hermanos. Lo deberían haber hecho también para con todos los sevillanos que llegaron a participar en el tremendo desconcierto provocado.

La tarde dio para más. El caminante pudo comprobar cómo ha cambiado la fisonomía del nazareno de nuestros días. La mayoría de los perfiles muestran una zona abdominal prominente cargada a modo de bolsa marsupial llena de bocadillos, caramelos y otras especial. En la zona de los bolsillos asoman los cuellos de botella de los envases con el agua mineral. Son imágenes muy feas, que generalmente se aprecian en cofradías de barrios con largos recorridos, pero que ello no las exime de un mejor comportamiento ético y estético. Por no mencionar el desfile de tatuajes en los brazos que se dejan ver desde hace algún tiempo. Es parte de la libertad individual, pero pienso que estarían más bonitos si estuvieran tapados. Son cosas de la modernidad.

La Redención aceleró y entró en su templo de la calle Santiago en tiempo récord. A las once de la noche, la del Tiro de Línea se lanzó a la calle para volver a su barrio. Por fortuna no se mojaron. Quedan dos Hermandades en templo ajeno que deben volver lo antes posible. Es posible que tengamos cortejos por las calles en la mañana del Jueves Santo.     

No hay comentarios:

Publicar un comentario