miércoles, 16 de abril de 2025

El valor en las cofradías


Se plantea un dilema de complicada resolución. ¿Quién es más valiente, la cofradía que no sale ante la posibilidad de haya lluvia o la que se lanza a la calle sin tener ninguna precaución? A la vista de lo sucedido ayer, Martes Santo de 2025, sigo pensando que es de mayor valor quedarse en casa. Así lo pueden atestiguar los miembros de la Junta de Gobierno de San Esteban, que llegaron a abrir sus puertas para iniciar la estación de penitencia, para inmediatamente cerrarlas y quedarse en el templo. Hubo silbidos contra esa decisión, lo que vuelve a poner de manifiesto que hay un populismo friki que se ha incorporado a la Semana Santa con excesivo protagonismo. Cómo si cerrar las puertas para no salir a las calles fuera producto de un capricho. Es verdad que había entonces menos posibilidades de lluvia, pero aún existía algún riesgo. Eso sí que es valor de verdad.

Si lo de San Esteban, La Candelaria, Los Estudiantes y Dulce Nombre fue valor de verdad, ¿lo del Cerro y San Benito fue una insensatez? A la vista de los resultados finales se podría argüir que no fue así, pero la granizada que le cayó a la cofradía de La Calzada fue más que preocupante. Hay que decirlo sin ambages, lo de San Benito fue temerario, no tanto lo de El Cerro que debe decidir a las doce de la mañana y se lanzó a la calle con la suerte de que la lluvia se hizo presente cuando estaba cerca de la Catedral.

Más complicada era la decisión de los Estudiantes, que, con una salida más tardía y mejores previsiones, optaron por no realizar la estación de penitencia. Si hubieran salido no se habrían mojado, pero optaron por la valentía de no salir. Hay que tener más valor para quedarse en la iglesia que para exponer el patrimonio a las inclemencias del cielo.

De lo vivido ayer me gustaría resaltar la disposición de El Cerro, la siempre magnífica Virgen de la Encarnación, la seriedad de Santa Cruz y el hallazgo maravilloso de los Javieres, sobre todo por su portentoso paso del Cristo de las Almas. Era ya muy tarde cuando otra imagen me reconcilió con la Semana Santa. La banda de Tejera tocaba Margot tras la Virgen de los Dolores de Santa Cruz. Era suficiente para compensar la jornada. Por otros ámbitos, El Cerro llegaba a su barrio y San Benito entraba en su templo. Pero la esencia tenía color y aroma en esa marcha a ese paso de la señora de Santa Cruz.

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