martes, 1 de noviembre de 2011

Sevilla, abandonada por la Junta de Andalucía

La Junta de Andalucía no quiere invertir en cultura. Según parece, la protección de la cultura andaluza mantendrá en el próximo año una línea descendente, según se desprende del proyecto presupuestario de la Junta para 2012. La Consejería de Cultura sólo se ocupa del Turismo. En 2011 se bajó el presupuesto un 22% sobre el  2010. Para 2012, más bajadas. Sólo subirán los dineros de la Alhambra de Granada, así como el Museo Picasso Málaga.

Frente a esos datos, resulta dramático comprobar que no hay ninguna partida específica para el Museo de Bellas Artes de Sevilla, que vive una situación de abandono alarmante, a pesar de que es la colección pictórica más valiosa de Andalucía.

Se confirma la rebaja en los apoyos al Teatro Maestranza -recibirá 1.754.287 euros- y la Sinfónica de Sevilla -2.743.362-, a los que se ha descontado un 10% respecto a este ejercicio. Tampoco hay partidas específicas para la Bienal de Arte Contemporáneo (Biacs4) ni para el Festival de Cine Europeo de Sevilla, aunque sí se beneficia a otros certámenes audiovisuales, como el Iberoamericano de Huelva o el Festival de Cine Español de Málaga. 

En definitiva, hablábamos de la inversión en Cultura. No se invierte y se llega al agravio de castigar a Sevilla de forma explícita. Esta situación, como tantas otras, no tiene más camino que un cambio en marzo de 2012. La Junta lleva a la ruina a Sevilla, tanto en inversiones públicas, escasas o mal planificadas (la disminución de carriles de la S-40 es terrible), como en el olvido de sus referentes culturales. La capitalidad, que no existe, es un grano infectado para la ciudad.

jueves, 20 de octubre de 2011

Inversión en Cultura

La delegada municipal del Ayuntamiento de Sevilla confirmó ayer que esta entidad mantendrá en 2012 su asignación a la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla y al Teatro de la Maestranza. El anterior gobierno de la ciudad lo había bajado para el año actual. Se temía, dada la situación económica, que ahora se recortara más para el próximo año. La noticia de que se mantendrá sin meter la tijera es buena para la cultura sevillana.


Sin embargo, la precariedad general con la que se mueven los fastos culturales no deja de ser preocupante. Muchos músicos, artista de teatro, cómicos y demás creadores de Sevilla buscan desesperadamente la forma de poder alcanzar una subvención para exponer a todos sus capacidades. No son buenos tiempos para lírica. De nuevo hay que recordar cómo en Andalucía se ha empleado dinero público en asuntos muy trascendentes pero nada cercanos a nuestra tierra, como la orquesta del maestro Baremboim que integra a israelies y palestinos. Eso está muy bien, pero cambia el análisis cuando los hijos de nuestra tierra, léase nuestros artistas, están pasando fatiguitas para poder seguir en la lucha. Antes de dar de comer al vecino vamos a alimentar a nuestros hijos.


En el cómputo general de los aspectos más definitorios de nuestra sociedad, la falta de educuación, y por tanto de acercamiento a la cultura, es una de las lacras que están maniatando a nustros jóvenes. La educación, el respeto, la generosidad y la concordia se han perdido porque hay una mala base educativa, con el trasfondo de un alejamiento perverso a la cultura, fuente de todas las luces de la imaginaicín y la creatividad del ser humano. Es bueno invertir en educación y en cultura. De momento, el teatro de la Maestranza podrá seguir vivo, igual que la orquesta sevillana. Ahora, es preciso que sus actividades lleguen con facilidad y a precios adsequibles a todos los que quieran acercarse a esta parcela del mundo del conocimiento.

martes, 11 de octubre de 2011

El monstruo sigue creciendo


Tienen la fuerza del dinero, del poder, las licencias y una chulería inmensa para seguir elevando a contra reloj una mole que repugna a la mayoría. El asesino tiene nombre: Cajasol. Los que miran hacia otro lado son los políticos, los de antes y los de ahora. Los estafados son los sevillanos, que ven como sube y sube un edificio que no hace falta y cuesta un dineral. Están a la espera de que la UNESCO diga algo, pero cada semana el mostrenco tiene un piso nuevo. Cuando se quieran dar cuenta será un monstruo de más de cien metros absurdo, un canto al despilfarro, un mamarracho que se hace por un capricho no bien explicado que nadie ha sabido frenar. Cuando quieran pararlo los avispados dirigentes de Cajasol se habrán asegurado una indemnización maravillosa y se llenarán los bolsillos a costa de los contribuyentes. Ya que nadie lo para y frena esta locura, sólo los ciudadanos tenemos una posibilidad: retirar los ahorros de esta entidad bancaria que será muy sevillana, pero que está ensuciando el horizonte de la ciudad con un esperpento incalificable.

domingo, 9 de octubre de 2011

Sevilla y sus bodas


Las televisiones echaron humo en la boda de Cayetana. La palabrería de los indocumentados charlatanes con micrófonos no cesaba de anunciar que Sevilla se había volcado en la boda. Doscientas personas delante del Palacio de Dueñas representaban a Sevilla. De nuevo salieron a  la palestra los tópicos absurdos de siempre, esas marujas que están en todas partes, como Mocito Feliz, y que largan pamplinas a diestro y siniestro. Sevilla soportó de nuevo el sambenito de su estilo, su gracia, su galanura, su entrega para ser el escenario ideal de la boda. Lo contaban por la televisión, aunque solo eran doscientas señoras desocupadas en la puerta del Palacio. Sevilla estaba en sus cosas, ajena a la farándula de una boda que, eso sí, ha vuelto a desatar el fino humor sevillano, como se puede comprobar si se da uno una vuelta por los bares del centro y los barrios y escucha los chistes que ha propiciado el asunto. Sevilla lo aguanta todo. Al menos, algunas veces el humor de Sevilla también puede con todo, incluso con una noble poliartrósica bailando algo indescifrable en medio de la calle.